Co-director Grupo de Ciencias Planetarias y Astrobiología (GCPA) - Universidad Nacional de Colombia.
En el año de 1962 el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, durante su discurso dijo la frase célebre: “decidimos ir a la Luna en esta década y hacer otras cosas, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles”. Esto daría inicio al punto álgido de la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Curiosamente 46 años después, luego de que la tripulación del Apolo 11 llegara a la Luna el 20 de julio de 1969, una considerable parte de la población considera que esto fue tan solo un montaje del gobierno de los Estados Unidos.
Esto se debe a la difusión masiva de argumentos superfluos y altamente discutibles en series televisivas, blogs a favor de teorías de conspiración e incluso documentales, que han promovido la controversia en torno a este tema con un punto en común: las “pruebas” son tan vagas como la misma argumentación.
A continuación se darán 5 (de los muchos) argumentos y pruebas contundentes que muestran que definitivamente SI fuimos a la Luna.
1) Rocas lunares. Seis misiones Apollo trajeron en total 382 kilogramos de muestras lunares. Análisis geoquímicos indicaron que las rocas lunares están compuestas en un 99% por cuatro minerales (feldespato plagioclasa, piroxeno, olivino e ilmenita). Minerales muy comunes en rocas terrestres, son extremadamente raros, e incluso nulos, en rocas lunares; por ejemplo: cuarzo, calcita, magnetita, anfíboles, entre otros. Otro aspecto a considerar, es el alto contenido de un isótopo del helio (es decir, un átomo de helio con igual número de protones pero diferente número de neutrones en el núcleo), denominado Helio 3, que es muy abundante en las rocas lunares y muy escaso en rocas terrestres.
El Astronauta Harrison Schmitt, el único geologo de la misión Apolo 17 que inspección y recolectó las mejores muestras de roca de la superficie lunar.
2) Retroreflectores que aún funcionan – Los reftroreflectores fueron instalados en la Luna por los astronautas Neil Armstrong y Edwin Aldrin en 1969 y están en muy buen estado y funcionando. El experimento denominado “Lunar Laser Ranging Experiment” (Experimento láser de alcance lunar) tiene como objetivo medir con precisión la variación de la órbita lunar para calcular futuras órbitas de misiones espaciales que exploren la Luna así como la fluctuación de varios movimientos propios de la Luna.
Uno de los retroreflectores instalados en la superficie lunar, el experimento (Lunar Laser Ranging Experiment)
3) Geófonos. Los experimentos denominados “Passive Seismic Experiment” y “Lunar Seismic Profiling Experiment” (PSE y LSPE por sus siglas en inglés respectivamente) fueron diseñados para detectar sismos en la Luna. En el año 2011 fue publicado en la revista Nature un artículo que explica como con datos proporcionados por estos instrumentos, se detectó un sismo a más de 1.500 km de profundidad.
Instalación de los Geofonos sobre la superficie lunar.
4) Ausencia de estrellas en las fotos. Tres factores son clave en fotografía: Velocidad de disparo, apertura y sensibilidad de la película (cámaras antiguas) o CCD (cámaras modernas). Debido a que la superficie lunar refleja mucha luz solar (alto albedo), los tiempos de exposición de las cámaras que llevaban los atronautas eran muy cortos para no saturar la película fotográfica. Además los astrouanutas no llevaban trípodes para tomar fotografías, ya que el objetivo no era estudiar las estrellas desde la Luna, sino la Luna.
5) Todos los sitios de alunizaje se pueden ver desde el espacio. El orbitador de reconocimiento lunar (Lunar Reconnossaince Orbiter - LRO) ha fotografiado desde su órbita alrededor de la Luna los lugares donde las 6 misiones Apollo alunizaron en el periodo 1969 – 1972. En estas fotografías se pueden observar los “Eagle” (módulo de alunizaje) que aún permanecen en la Luna al igual que los rovers con los que los astronautas se desplazaron sobre la superficie lunar.
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