Una de las dificultades principales con la que los científicos se enfrentan al tratar de comprender el origen de la vida en la tierra, es la distinción fundamental de su origen. Es decir, ¿fueron las estructuras primitivas (mundo del ARN) de replicación de información formas de vida? Para distinguir los rastros de lo vivo se debe apelar al análisis de los estratos más antiguos y rudimentarios que dejó la antigua materia viva y así lograr distinguir las particularidades de los antiguos organismos unicelulares o no celulares, y así determinar sus estructuras biogenicas con el entorno, es aquí donde la asociación entre Biología y geología se torna más que necesaria.
El hecho de que todos los organismos vivos contengan proteínas y que su metabolismo se base en un ciclo proteínico no basta para proporcionarnos una definición tajante, aunque sirve de base para una fácil esquematización. Por eso la distinción de la vida requiere un conocimiento de mil detalles mucho más menudos. Pero a pesar de esto la vida deja sus rastros, deja retratadas sus estructuras biogenicas en la piedra en forma de Fósiles. Esto significa que hasta la materia del antiguo organismo ha sido sustituida por piedra o mineral. Cuando esta sustitución se ha realizado ordenadamente, molécula a molécula, puede preservarse la estructura en sus mas menudos detalles microscópicos.
Craton de Pilbara, en el Noreste de Australia son las única áreas que permanecen con restos de estrematolitos del Eon Arcaico (3.600 - 2.700 millones de años)
Se han hallado poquísimos fósiles correspondientes a la historia primitiva de la Tierra, esto se debe a varias razones. La blandura y el tamaño tan pequeño de las formas primitivas de vida, aparte de que las rocas más antiguas han quedado recubiertas y enmascaradas en su mayoría por otras más recientes. A esto hay que añadir el tiempo tan largo transcurrido, de modo que la extraordinaria antiguedad destruyó la estructura primaria de muchas de las rocas formadas en aquellas épocas.
La probabilidad de que antiguos probiontos hayan quedado fosilizados es muy baja; las formas biológicas primitivas, constaban probablemente de cadenas de peptidos o protoplasmas muy primitivos que carecían de robustez o de partes lo suficientemente sólidas. Además la mayor parte de aquellas rocas fueron sepultadas por enormes acumulaciones de rocas más jóvenes, aquellos plegamientos, superposiciones de estratos a grandes profundidades, sometieron a altas presiones todos aquellos sustratos dando lugar a una movilidad de todos los componentes que las formaban.
Los restos fósiles de la vida primitiva han de buscarse en las zonas más antiguas de la corteza terrestre, es decir, en las regiones conocidas como "Escudos Antiguos". Estos se caracterizan por la presencia de rocas precámbricas aflorantes en la superficie terrestre, sin evidencia de superposición de rocas más recientes.
Los escudos precámbricos viejos (Cratónes en rojo) y las partes más recientes de la corteza.
A partir del empleo de técnicas de datación se ha logrado descifrar las estructura de los escudos antiguos. Las zonas más arcaicas o cratones en rojo corresponden a regiones de la litosfera donde no ha habido acumulación de rocas recientes. En cierta manera estas zonas constituyen el nucleo de las masas continentales. En el hemisferio septentrional vemos una serie de escudos viejos que son fragmentados en Asia y África. Masas de Cratones que forman estructuras uniformes o de una sola pieza en el norte Canadá, Groelandia y el extremos occidental de lo que hoy es Brasil. Hay otras zonas sueltas más pequeñas como hacia el centro de Australia.
Sedimentos en la Región de Isua en Groelandia, 3.800 millones de años.
En estos cratones señalados en color rojo se pueden encontrar vestigios del origen de la vida en la tierra. En todos los demás sectores el basamento precámbrico ha quedado recubierto por rocas más recientes. Hacia las regiones externas de las fronteras más arcaicas se ha subducido la corteza, lo que ha originado por ejemplo el levantamiento de los Andes.
De todo esto se puede concluir que los Escudos Antiguos, junto con las amplias zonas que las circundan permanecieron más o menos estables durante la historia geológica posterior. Con frecuencia los nuevos ciclos orogénicos se desarrollaron perifericamente con respecto a los más antiguos, pero fuera de ellos, por lo que no los perturbaron. Las zonas más viejas del plegamiento quedaron Rigidas.
Todo lo anterior es clave para la búsqueda y evolución del origen de la vida en la tierra. En estos limites o fronteras entre las plataformas de los Cratones rojos y de los sedimentos más recientes se fueron depositando sedimentos más jovenes sin un espesor considerable, estas capas "finisimas" no provocan tan altisimas presiones en los ciclos orogénicos, las rocas de los basamentos no deben mostrar un excesivo metamorfismo en sus minerales constitutivos. En aquellas partes de la corteza, en aquellas fronteras de litosfera antigua y reciente, el hallazgo de antiguos fósiles se torno muy patente.
FUENTES.
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