Por: Miguel Angel Pinilla Ferro*
Io, la más interior de las grandes lunas de Júpiter, fue vista por primera vez por la Sonda Voyager 1 en febrero de 1979, un aspecto distinto y nunca antes visto por los geólogos planetarios se mostraba a la naciente ciencia de exploración planetaria. Altas plumas volcánicas de gas y partículas sólidas, proyectadas por enormes volcanes, se elevaban a más de 150 kilómetros por encima de la superficie moteada con lava sulfurosa de diversos colores. Grandes machas de dióxido de azufre reflejan la luz del Sol, haciendo que Io fuera mucho más brillante que la luna de la Tierra. Por debajo de su superficie, se concluyó, que existía un ardiente caldero de azufre fundido y de dióxido de azufre que constante interacción
Io, la más interior de las grandes lunas de Júpiter, fue vista por primera vez por la Sonda Voyager 1 en febrero de 1979, un aspecto distinto y nunca antes visto por los geólogos planetarios se mostraba a la naciente ciencia de exploración planetaria. Altas plumas volcánicas de gas y partículas sólidas, proyectadas por enormes volcanes, se elevaban a más de 150 kilómetros por encima de la superficie moteada con lava sulfurosa de diversos colores. Grandes machas de dióxido de azufre reflejan la luz del Sol, haciendo que Io fuera mucho más brillante que la luna de la Tierra. Por debajo de su superficie, se concluyó, que existía un ardiente caldero de azufre fundido y de dióxido de azufre que constante interacción
Esta es una imagen compuesta de alta resolución usando los datos enviados por la sonda espacial Galileo en 1996, se realzan las variaciones de color que evidencian la notable ausencia de cráteres de impácto que sugiere que toda la superficie se cubre con nuevos depósitos volcánicos constantemente. PIA03534
Los científicos desde hace tiempo habían sospechado que la superficie rojo-anaranjada de Io se debía a depósitos de azufre, pero el descubrimiento de su vulcanismo en realidad fue una sorpresa. Las primeras fotografías de la Voyager 1 de las enormes erupciones volcánicas de Io fueron las primeras evidencias de volcanes activos fuera de la Tierra. Las fotos también mostraron que la superficie de la Luna carecía completamente de cráteres de impacto, normalmente la mayoría de cuerpos del sistema solar están sometidos a impactos regulares sobre sus superficies, que según su densidad permiten inferir los procesos de renovación de superficie. Implacables actividades volcánicas renuevan el paisaje de Io, cubriéndolo rápidamente con grandes fluidos de lava y con los residuos acumulados.
Inclusive cuando la Voyager 1 avistó por primera vez su superficie, en el breve espacio de unos pocos meses, algunos volcanes finalizaron o iniciaron erupción, dejando a su paso grandes depósitos que cambiaron sus entornos hasta hacerlos casi irreconocibles.
Esta es una fotografía tomada por la sonda espacial Galileo en 1996 donde se ve la magnitud del Megavolcan Tvashtar a la izquierda dela imagen se aprecia la lava incandescente. Un resplandeciente paisaje de mesetas y valles cubiertos de azufre y rocas silíceas rodea al volcán activo. La imagen de arriba muestra una región de unos 250 kilómetros de anchura.
Tvashtar es una cadena de depresiones Volcánicas situadas a 62.76º de latitud norte y 123.53º longitud Oeste, situándolo en las altas latitudes de IO; mide 306 kilometros de diámetro y es uno de los volcanes mas activos de esta luna. Su peculiar nombre hace referencia a una deidad solar de la antigua religión vedica. Las más importantes y recientes imágenes que tenemos en torno al comportamiento de Io, hacen parte de la colección enviada por la Voyager I y la Galileo. Los fotos con mas resolución se ajustan cómodamente a los 160 y 280 metros por pixel. Esta es una composición que muestra comparativamente la actividad en Tvashtar Patera desde el 26 de noviembre de 1999 hasta el 22 de febrero de 2000. (PIA02584)
Al contrario de los altos y bien formados conos volcánicos que vemos en nuestro planeta Tierra, los volcanes de Io están hundidos en su superficie. Sus plumas volcánicas salen desde estrechas fisuras o de anchas calderas, depresiones formadas por el colapso en cámaras formadas bajo el subsuelo vaciadas de lava en previas erupciones. Gases y otros materiales particulados salen expulsados con la fuerza de balas de rifle, rápidamente tomando forma con la baja gravedad en superficie. Las plumas volcánicas más altas detectadas por las sondas que lo han visitado (Voyager 1, Galileo, Cassini-huygnes) evidencian alturas de más 300 kilómetros por encima de superficie, con una lluvia sulfurosa que cambia de color de áreas gigantescas.
En la parte superior derecha de la imagen, sobre el borde de Io, una pluma azulada se eleva unos 140 kilómetros sobre la superficie de una caldera volcánica conocida como Pillan Patera .
En la izquierda de la imagen la pluma volcanica de Prometeo con forma de anillo, y en la derecha inferior se ve elevándose 75 kilómetros sobre Io mientras proyecta una sombra bajo la grieta volcánica, esta pluma ha estado continuamente activa durante al menos 18 años.
Las fuertes y violentas erupciones volcánicas en Io ocurren ocurren cuando el calor interno de Io volatiliza los lagos sulfurosos del subsuelo. Las partículas rojas y naranjas nuevamente caen desde estas altas plumas volcánicas dándole a Io su característico color oxidado. Existen erupciones más "pequeñas" pero no por ello menos considerables, que podrían durar meses o hasta años, que consisten en flujos de material magmático que emanan de las cientos de calderas volcánicas con paredes escarpadas que van de 20 a 200 kilómetros de diámetro, se piensa que la mayoría de ellas contienen lagos de dióxido de azufre fundido y constantes flujos de lava. Un de los modelos que explica el vulcanismo de Io propone una delgada corteza de azufre y de dióxido de azufre sólido que cubre una corteza de rocas, las depresiones de la subcorteza albergan reservas de azufre líquido que incrementan su temperatura por el calor emanado desde el interior. El dióxido de azufre atraviesa la subcorteza, escapando como vapor por las fisuras. Las erupciones ocurrirían cuando el dióxido de azufre líquido entre en contacto con el azufre a gran temperatura que se vaporiza explosiva mente.
En la imagen el Volcan Pilla Patera, la sonda espacial galileo tomó esta imagen donde observa el circulo máximo en color rojo del rastro eruptivo, tres grandes puntos negros de un material aun desconocido, y hacia el lado inferior derecho en color blanco dióxido de azufre acumulado.
El geólogo planetario utiliza del mismo modo todos estos datos acerca del comportamiento de la actividad volcánica en cuerpos del sistema solar, con el fin de comprender y aumentar el conocimiento acerca de los orígenes del sistema solar, su presente y su futuro.
* Editor de titanplanetary.blogspot.com
Miembro activo del Grupo de Ciencias Planetarias - TITAN
Universidad Nacional de Colombia.
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